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Los Eggun

  • babalawomedellin
  • 7 jul 2019
  • 6 Min. de lectura

Los Egguns: Eggun o Egungún. En las naciones pertenecientes al antiguo Imperio Yoruba, tenían sociedades que centraban sus prácticas en el culto de Eggun (muerto), de fundamental importancia para las religiones procedentes de dicha cultura, pues como dicen en el sistema religioso [[Osha-Ifá]]: "Ikú Lobbi Osha" (de la muerte nace el Orisha), que suelen traducir como "el muerto parió al santo". Los Eggun son los espíritus de los ancestros o antepasados difuntos, generalmente son Santeros desencarnados, personas practicantes o simpatizantes de la religión que están bajo el poder de su rey Oduduwá. Son el culto a los difuntos, el cual es practicado desde los orígenes de la humanidad. Aunque la palabra Eggun o Egungún determina por muchas etnias como hueso o esqueleto, se aplica también a muchos términos espirituales, por la fonética tan complicada de la lengua Yoruba, pero en su mayor parte es para referirse a todo lo que concierne definir cualquier tipo de fenómeno que es normal en este campo. Sin duda alguna, son los que por mediación de oráculos, como el del coco, determinan y dan el permiso para que las ceremonias lleguen hasta el mismo Olodumare. El misterio impresionante de la muerte ha subsistido aún hasta nuestros días, donde la ciencia no ha podido penetrar en sus misterios, ni en lo que hay después de esta. Se dice que un Eggun, sin el permiso del jefe Egungún de la ciudad, se metamorfoseó él mismo en un cocodrilo. Por medio de encantamiento, el ofendido jefe impidió al metamorfoseado Eggun retornar a su forma humana y lo obligó a echarse dentro de un estanque, y hasta que no diera debido aplacamiento a la ofensa que se le había hecho, no se le permitía salir del estanque y recobrar su forma original. Los muertos (ikús) o espíritus que nos rodean (egguns) deben de estar atendidos y conformes, por lo cual se les respeta tanto como a los santos (orishas). La reverencia a los antepasados es uno de los pilares de las religiones africanas. En la religión Yoruba "el muerto pare al santo" (Ikú Lobbi Osha) y antes de invocar y pedir permiso (moyugbar) y saludar a los orishas hay que invocar a los muertos. Esto se debe a que todos los orishas fueron seres vivos originalmente como los santos católicos y después de muertos se les da el titulo de santo por la vida que supieron llevar aquí en la tierra, tal es el caso del orisha Shangó que fue cuarto rey de Oyó (Ilé Ifé) la actual Nigeria. Los Egguns comen antes que Elegguá y separados de los orishas. En determinadas ceremonias se les ofrenda una vela (ataná), coco (obi) en nueve pedacitos que es la marca de el muerto, agua fresca (omi tutu), aguardiente (otí), café (omi bona), tabaco (achá), pimienta de guinea (ataré), y se utiliza la cascarilla (efún). Esta ofrenda se sitúa en el piso fuera de la casa o en un vertedero o caño interior de no existir patio y se dispone dentro de un círculo o rectángulo (atena) dibujado con cascarilla en cuyo interior se dibujan signos y firmas. La ceremonia se inicia con la moyugba correspondiente y la declaración del sentido de la ofrenda. Esto se puede realizar mientras se les brinda coco fresco a los muertos lo cual se hace en pequeños pedazos que se tiran hacia el interior de la figura trazada en el piso diciendo alfaba iku, alafaba ano... Esta ofrenda es obligatoria cuando se va a sacrificar un animal de dos o cuatro patas. Al terminar se preguntará a los egguns o egun si recibieron la ofrenda, si dan su conformidad y hacia donde se llevan los residuos. Esto se hará con cuatro pedazos de coco fresco según las reglas para la lectura del coco y uno de testigo por si se rompe alguno de los pedazos que se tiran y se hace de espalda al eggun. Otros religiosos plantean que los muertos no deben comer en el interior de las casas por lo que su comida se les servirá en el patio y lejos de la vivienda. A los muertos se les puede ofrecer agua, pan, bebida, tabaco y alimentos cocinados sin sal lo cual puede ser la comida que prefería el difunto si la ofrenda es para un muerto determinado. Todo esto se sitúa en un plato roto y se encenderá una vela; al día siguiente se hace la moyugba y se pregunta mediante los cocos el camino que coje la comida, esto puede ser en la manigua o monte (nigue), en la basura (ikún), en una loma (ilé oké), en el río (ilé oshún). Los presentes en estas ceremonias con los muertos deben ser marcados con una cruz de cascarilla en la frente como protección. Las flores constituyen una ofrenda que algunos oficiantes (olochas) emplean debido a la escencia que es un fluido espiritual explicito en el oddun irete juanjuan. Cuando el alma de un difunto, a pesar de estar bien atendido, ofrece su presencia continuamente, Oyá Yansá (dueña y portera del cementerio) ordena que se haga una hoguera en el patio porque el fuego asusta a los muertos y los aleja aunque no los quema. En el espiritismo o parte espiritual el tratamiento que se le brinda a los espíritus es distinto, varía de acuerdo a que sea espiritismo puro o influido por Ocha, el Palo, u otra religión. El culto a Eggun es posiblemente el más antiguo de los cultos ancestrales de todas las religiones a nivel universal. Tiene como base rendir honor a los difuntos, atender sus mensajes, requerimientos y necesidades. El término difuntos, se refiere a nuestros ancestros religiosos, nuestros familiares, seres queridos y aquellos que debido a la forma en que fallecieron no son conscientes de su nuevo estatus de existencia. Su existencia, se refiere a un mundo paralelo al nuestro, el llamado mundo espiritual, del cual vinimos anteriormente y al cual volvemos después, se basa en darle cuentas al Creador de nuestro paso por este otro lado. En África, al igual que en los países occidentales, los practicantes de la religión de los Orishas, conocida también como Santería, Loa, Regla de Ocha, Abosom, etc.”, dependiendo del área o país donde se practique, con mínimas diferencias debido a la segregación sufrida durante los años de la esclavitud, es una sola práctica. Se les dedica un espacio fuera del hogar, preferiblemente bajo un árbol frondoso o de buena sombra como referencia al lugar de descanso o cerca de un cao como referencia al hueco, o sepultura donde están descansando sus cuerpos. Es en este lugar donde se ofrece: comidas, rituales o les dedican flores, velas, bebidas rituales, oraciones, etc., utilizando bastones labrados de madera dura como llamadores, con los que golpean al compás de los cantos y rezos, estos también reciben los sacrificios en representación de los Eggun. En tiempos pasados, los ancianos eran enterrados en una esquina de la choza y la familia se reunía para presentar sus respetos a los antepasados. Los miembros de la familia ponían allí la comida favorita del antepasado muerto, así como su bebida y fruta favorita, y un palo con tiras de tela de la ropa que había pertenecido al anciano con campanas atadas al palo. Con este palo golpeaban el suelo mientras le cantaban oraciones para pedir sus bendiciones, consejo y protección. Esta tradición, como muchas otras, ha sobrevivido al paso del tiempo y se manifiesta en muchas creencias o religiones. El nombre congoleño de este palo es Ariku Bambaya, también conocido como palo de Eggun. El palo de Eggun se coloca junto al altar del antepasado, adornado a la manera de los tiempos antiguos. Si la ropa de un antepasado no puede usarse para hacer cintas y adornar el palo de Eggun, entonces será suficiente con usar cintas de diferentes colores con campanas atadas en las puntas. El simbolismo es la clave. El altar del antepasado puede hacerse con una mesa con un mantel blanco, un vaso de agua, un crucifijo, una deidad espiritual según elección y uno o varios retratos de los antepasados fallecidos. Puede añadirse un texto religioso sagrado como la Biblia o el Corán, flores, velas e incienso. También se puede poner comida, diferentes tipos de bebida tales como agua o ron, cualquier cosa que le gustara beber al antepasado. Todos los altares deberían tener una representación de los elementos básicos: Tierra, aire, fuego y agua. La tierra está simbolizada por las flores que crecen de ella. Representan la belleza que es la Madre Tierra y el amor que comparte con toda la creación. Las velas representan al aire y el fuego, ya que sin aire no hay fuego. El fuego simboliza la vívida energía espiritual, una entidad viva que respira con propiedades destructivas y positivas. Como energía positiva representa a la vida y a la luz que ésta da a todos aquellos que buscan la verdad. El agua ejemplifica la limpieza, la claridad y el pensamiento puro. Es el elemento que promueve la vida; la esencia primordial de la tierra. Todo lo que vive y respira sobrevive al agua que cae de los cielos.

 
 
 

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